Cuando hablamos de Ribera del Duero nos estamos refiriendo a los vinos que se producen en una extensión de más de 22.000 hectáreas de terreno situada en la cuenca del río Duero de las provincias de Soria, Burgos, Segovia y Valladolid. Hablamos del trabajo de más de 8.000 viticultores que cuidan esas tierras y de más de 300 bodegas en las que se realiza el proceso necesario para que este vino de calidad llegue a nuestra copa.
Hace 2.500 años el vino era parte de los pobladores que vivían junto al Duero. En el yacimiento vacceo de Pintia se encontraron residuos de este magnífico líquido, en Baños de Valdearados se conserva el mayor mosaico romano entorno al dios del Vino Baco de la península Ibérica. Y las muchas bodegas que existen en la Ribera del Duero demuestran que los hombres dedicaban un tiempo importante en la elaboración del vino y su comercialización.
En el siglo XIII, la viuda de Alfonso X El Sabio, doña Violante, firma una ordenanza de la vendimia de Roa. Un documento que dio respuesta a las quejas de muchos vecinos de esta Villa por el pasto de las ovejas en los campos de vid y sirvió de normativa :
“(…)por la contienda que habian en razon de la vendimia, de como habian de vendimiar, e el de rozar sus pagos. Et otrosi, por la razon de la pastura de sus ganados, de como deben el pacer en las vinnas, despues que fueren vendimiadas(…)”
“(..) oviemos por bien mandar en rason de la vendimia, que ninguno non vendimiem en los pagos de la Viella, nin de las Aldeas fasta que el Conceio acuerde de lo deromper e lo que fuere fuera de pago que lo pueda vendimiar cada uno quando se quisiere, e facer dello su pro. Et los tres Miércoles, que suele facer para vendimiar antes que se rompa, que los haian ansi, como los siempre usaron: e si alguno de los pobre ovieren menenster de socorrer dello, e ovieren ommes que vayan al Conceio a mostrargelo, que fagan gracia, e gelas degen vendimiar, e tomar dellas quando quisieren facer dello su pro. Et a cualquier cuemo estos que lo ovieren meneste, e lo haian de alcanzar, que les fagan esta gracia; e culquier que en otra manera vendimiare, o lo levantare, o vendiere, que sea con la penna, ansi como lo usaron fasta aquí (…)”.
La ordenanza fue el resultado de la unión de agricultores y bodegueros, como ocurriría siglos después con la creación del Consejo Regulador de la Ribera del Duero en 1980 que a día de hoy continúa vigente afianzando el sello de calidad que tienen sus vinos. La puesta en marcha de nuevas prácticas de cultivo, la introducción de las más modernas tecnologías para la elaboración del vino y los rigurosos procesos de control aplicados desde el Consejo Regulador han hecho de la Ribera del Duero un sinónimo de calidad.